La vida y la muerte bordada en la boca tenía Merceditas la del
guardarropa.
La del guardarropa del tablao del «Lacio», un gitano falso ex-
bufón de palacio. Alcahuete noble que al oír los tiros recogió
sus capas y se pegó el piro. Se acabó el jaleo y el
racionamiento le llenó el bolsillo y montó este invento, en
donde «El Palmo» lloró cantando...
Ay, mi amor, sin ti no entiendo el despertar. Ay, mi amor, sin
ti mi cama es ancha. Ay, mi amor que me desvela la verdad.
Entre tú y yo, la soledad y un manojillo de escarcha.
Mil veces le pide... y mil veces que "nones" de compartir
sueños cama y macarrones. Le dice burlona... ...«Carita gitana,
cómo hacer buen vino de una cepa enana».
Y Curro se muerde los labios y calla pues no hizo la mili por
no dar la talla.
Y quien calla, otorga, como dice el dicho, y Curro se muere
por ese mal bicho.
Y una noche, mientras palmeaba farrucas, se escapó Mercedes con
un 'curapupas' de clínica propia y Rolls de contrabando y entre
palma y palma Curro fue palmando.
Quizá fue la pena o falta de hierro... El caso es que un día
nos tocó ir de entierro. Pésames y flores y una lagrimita que
dejó ir la Patro al cerrar la cajita.
A mano derecha según se va al cielo, veréis un tablao que montó
Frascuelo, en donde cada noche pa' las buenas almas el Currito
«El Palmo» sigue dando palmas.
Y canta sus males por 'celestiales'.
JOAN MANUEL SERRAT