La pereza es una virtud. Todos los arquitectos deberíamos ser perezosos. Antes de comenzar a rayar el papel en blanco, es necesario estudiar casos similares. Estoy seguro de que cientos de arquitectos antes que nosotros mismos se han enfrentado a esa misma situación.Y de seguro habrá mas de una docena que lo habrán hecho bien. Y la labor del arquitecto inteligente no es ser original,si no desarrollar, evolucionar , mejorar lo que ya funciona, y además es firme y bello. Pero eso choca frontalmente con es necesidad de originalidad que tienen los arquitectos débiles. La prueba de a lo que conduce esa falsa creencia de que estamos siendo “originales” , la podemos obtener recorriendo las nuevas avenidas de nuestras ciudades. En el caso de los edificios altos , rascacielos , la búsqueda de la originalidad de los arquitectos débiles, se traduce en diseños que son auténticos artefactos. Véanse los skylines de algunas ciudades de Asia, Oriente medio o Centroamérica. Uno no sabe si es una ciudad o algún tipo de enorme feria o parque temático, donde el disparate es el protagonista.
REFLEXIONES
Es realmente una pena ver lo que las herramientas de software que trabajan en 3D, están haciendo con nuestras jóvenes promesas. Me causa pánico constatar que arquitectos recién titulados tienen nula concepción espacial, y no saben dibujar secciones si no es ayudados con un ordenador provisto de ese software. En verdad deberían prohibirse. Esos software son tan potentes, tan extremadamente buenos que literalmente te hacen creer que eres capaz de hacer cualquier cosa. Y literalmente los arquitectos acaban haciendo “cosas”. Con un poco de suerte y si el que maneja el programita es hábil, veremos un resultado que pertenece a la extensa rama de la Arquitectura. De lo contrario veremos un objeto desde un punto de vista imposible para el ser humano, a no ser que mandemos un dron dotado decámara. Y lo que en la pantalla se ve pseudo-hermoso en la vida real será otro objeto más que nadie entiende.
Resulta ya muy aburrido el ver edificios de estos arquitectos “peleteros” que tan comerciales resultan. Efectivamente , tenemos unos compañeros que se dedican a la peletería, pues hacen revestimientos , pieles. Da igual como sea el volumen, donde esté colocado , por donde le ilumine el sol de poniente. El caso es recubrirlo de una piel que parezca “moderna”. Llamativo es el caso de un edificio situado en una esquina de una calle peatonal, de una c iudad bimilenaria europea. El “peletero” no tuvo mejor ocurrencia que grabar el logotipo de la empresa inmobiliaria en el butiral del vidrio del omnipresente muro- cortina. Eso sí. Lo grabó de todos tamaños y posiciones posibles. Está claro que no quería una fachada monótona para su edificio. Se inspiró en esos bolsos de señora tan estupendos y “bellos”, que no tienen mejor manera de distinguirse del resto que poner su símbolo bien grande una sola vez, o muchas veces si el tamaño del símbolo es pequeño. Si esos peleteros son sus maestros, nuestro flamante arquitecto “peletero” hizo bien su trabajo.
Nunca he podido entender que es lo que quieren los políticos cuando realizan las llamadas consultas populares, también llamadas “participación ciudadana”. Lo hacen exclusivamente para temas urbanísticos. Nunca lo hacen para temas fiscales, económicos , sanitarios o de seguridad. Cuando piensan hacer una legislación urbana nueva o reformada, parcial o global, preguntan a los habitantes por su opinión. Esto para mí , es como preguntar a alguien por asuntos macro económicos , simplemente porque posee una cuenta bancaria. En las encuestas de participación ciudadana , lógicamente la gente contesta con demandas u observaciones con las que quieren solucionar sus problemas actuales. No pueden entender que el urbanismo soluciona a medio y largo plazo. Preguntar a los habitantes de una ciudad en temas urbanísticos no tiene sentido. Puede ser una medida políticamente correcta y popular, pero honestamente creo no vaya aportar mucho. Recientemente he podido leer como un promotor planteaba con toda seriedad el realizar un carril bici bajo los tramos aéreos del metro. Esa era su solución a los problemas de tráfico. Señores políticos. Si ustedes se quieren operar del estómago, acuden a un especialista. Las masas no solucionan. La participación ciudadana es utópica en algunos casos. Ni resuelve ni aporta estrategia. ¿ Puede alguien imaginar que frente a una reforma de la sanidad o de los impuestos se realizara una consulta ciudadana?. El urbanismo no es democrático.
Últimamente está de moda la ecología. Y es algo demasiado importante como para estar de moda. Ahora todos los edificios deben ser “sostenibles”, y en su diseño y construcción deben tenerse en cuenta los factores medioambientales. Mucha gente piensa que esto es algo nuevo. Que es un triunfo de los medioambientalistas el exigir a los edificios que sean “verdes”. Nada más lejos de la realidad. Cualquier edificio de hace más de 150 años y que se conserve en pié , es la mejor imagen que podemos tener de un edificio sostenible. Son edificios de paredes gruesas, con inercia térmica. Son edificios con huecos en fachadas sometidos a la jerarquía de la orientación del sol y de los vientos. Son edificios construidos con materiales provenientes del entorno. Son edificios con un consumo energético mínimo. Son edificios con un mantenimiento sencillo y económico. Pero ahora para que un edificio sea “verde” tiene que tener una serie de parámetros que un organismo internacional ha seleccionado. Contra más puntos tiene el diseño más “verde” y progresista es el edificio. Por ejemplo, si el sistema de climatización mediante máquinas es inverter y ahorra energía , tienes muchos puntos. Pero si se diseña un edificio de tal manera que no es necesario ningún sistema de climatización , porque simplemente el arquitecto lo ha diseñado para que exista confort climático sin nada más que los recursos de forma, orientación y ventilación natural, entonces ese edificio no tiene puntos y por lo tanto no es “verde”. Menudo disparate lo de los certificados.
Todas las buenas construcciones tienen un excelente promotor-visionario. Algunas de estas buenas construcciones tienen incluso un gran arquitecto. Esta apasionante profesión se convierte en más placentera si cabe, cuando el que dirige la labor del arquitecto sabe lo que quiere. No hay nada peor a lo que un arquitecto puede enfrentarse que a un cliente indeciso y sin criterio. Cualquiera puede ser un buen cliente, y ciertamente no hay cliente malo. Corresponde al arquitecto educar al cliente con aquellos medios que domina, de tal forma que se le muestren todos los conceptos que pueden solucionar sus necesidades. Una vez que el cliente sea informado de las ventajas e inconvenientes de cada concepto, y se muestre satisfecho con uno, es cuando debemos pasar a definir el modelo formal. Porque en mi opinión , tras una solución formal buena hay un gran concepto que la sustenta. De lo contrario estaríamos ejerciendo puro Formalismo, que sin ser desaconsejable como disciplina , ( véase el Manierismo a quien tanto debemos, o estúdiese al bueno de Baldassare Peruzzi ), acaba siendo pura retórica que acaba en si mismo.
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